El jazz
frìo de la lluvia me estremece el cuore como el abrazo desgarrador del amor
lobo. Al borde de sus fauces mi cuerpo frìo: los besos me dolìan y se retorcìan
de placer innoble en su falso maquillaje de gorriòn en vuelo o de paisaje
càndido o pintura sublime de Renacimiento.
Lluvia, me traes su recuerdo con el ardor que destruye y que deshace, que
prende y quema amores tiernos pliegues de mi pecho.
Las mentiras, las ausencias, rompimiento de Gloria que mi cabeza espera para
hervir cada una de mis venas, electrizadas desde el cielo de este invierno histérico;
histérico de rayos y aves violentas y rojas y peces voladores de violentas
también rojas esferas! Animal hermoso.. palpitabas en mis senos con mùsica de
muerte o de vals de viejos tiempos; a destiempo ya sabìa, si morìas o danzabas,
a destiempo. Ay.. y el silencio de tu templo, era màs pesado que sus ruinas
sobre la tierra, sobre el aire del abismo, de la quebrada honda que reina
soberana entre cada sìstole y cada diàstole que el corazòn mìo te reservaba. Tu
olor de otoño, retoño de un sueño que no pega ojo. Agua purìsima, santìsima y
dolorosa de las làgrimas.. huérfanas bastardas de esos ojos que no
duermen. ¿Qué sacas aullàndole a la luna salvaje? Si el òrgano blanco y
delicado que con tanto esfuerzo buscas (inconsciente), adivina en cuàl cajòn de
este espìritu se esconde! Tu noche y tu luz en mì y en mis ilusiones de putas y
payasos, en mis sueños de cartòn descartonado; tù aquì, en mì, y yo.. ¿quién
sabe dònde?
Termino riendo. Ridìcula. ¿Qué puede hacer el pàjaro si queda prendado del
aliento del lobo? Consumirse, talvez.
O disolverse. Sì, disolverse, en mil colores! Para colarse en su garganta,
volverse tinta elemental de sus vìsceras carnìvoras..desde adentro devorarlo:
Pesar en su sangre, en sus garras; escalar a su cabeza, nublar sus oìdos,
anidarse en sus ojos; y asì encontrarse, con el tiempo, en la hora nocturna del estrago.
Lo devora con amor para que màs duela.
De la manera màs profunda,
màs oscura
y màs silente.
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