miércoles, noviembre 30

Sobre la neblina, los detalles y las mutaciones.

La neblina de hoy es como una mentirosa crònica a la cual no me atreverìa a juzgar, esconde cosas con màs talento y con màs gracia que de costumbre. Me pregunto en dònde està la gente.. a dònde se habrà ido el lago. Tengo miedo que el castillo haya ido a parar a otro lado; es probable que la gente aprovechò el momento y en medio de la niebla se escapò. A casa, a los brazos de sus amantes, a enterrar algùn pecado? Què importa.. La neblina, como la noche, hoy se ha vuelto còmplice de unos cuàntos. Talvez mìa no. A mì seguramente me esconde algo. Talvez todo estè cambiando en este momento y, tan prudente y maternal es esta señora vaporosa, que no quiere decirme que el lago y el castillo se han ido. Probablemente me haya quedado en un pueblo seco y vacìo..

Lo intercambiable, lo indicible, lo exterminado.

Recogerè los pequeños fragmentos esparcidos. Eso harè. Las intuiciones, las variaciones nuevas de la luz, la evidencia del color, los detalles de una puerta; nada rebuscado, simplemente coleccionarè la casualidad de los dìas, la transformarè en pequeñas certezas y dibujarè el camino de vuelta a casa. Puede ser que los lugares, los objetos, esos rostros que encontramos por casualidad, esperan simplemente a que alguien los mire, los reconozca sin despreciarlos. Podrìan ser ellos màs propios que ajenos, màs cercanos a nuestra naturaleza de rostro u objeto casual. Encanjar en nuestra existencia particular que tendemos a olvidar. Talvez solo esperan nuevas palabras, nuevos nombres, nuevas formas.

Transformaciones, metamòrfosis.


Està mutando todo y no tiene intenciòn de hacèrmelo saber. Tengo miedo que el lago ya no estè, la gente se haya ido y el castillo lo mismo.. pero le pido a la neblina que si todo està cambiando, que sea por completo; si un dìa decide irse, que mi lugar, mi presente se haya transformado entero; cuando habrà decidido que ya no es necesario esconderme nada, que deje mi sitio limpio, sin historia y sin ninguna geografìa.