jueves, julio 21

Caro Diario: Mi sa che rinuncio.

He perdido la fe. Y eso es horrible.

Deberìa hacer cosas que entiendo. Deberìa realizar cosas que sepa construir, sin tomar en cuenta si son perfectas o no.

Hay ciertos aspectos de la existencia que fueron diseñados exclusivamente para almas nobles, aspectos que me afectan profundamente pero, a la mala, el mundo me ha demostrado que no estoy a la altura para enfrentarlos y declararlos parte inalienable de mi alma.. No sè si fue por ego que zarpè en este navìo. A pesar de mi naufragio evidente, pienso todavìa que la tabla a la que me sujeto para no ahogarme sea con todos sus efectos la nave completa, que èste sea el viaje màs duro y maravilloso, que la deshidrataciòn y toda la sal estancanda de mis ojos y mi boca son solo el precio que debo pagar para continuar en el bajel rococò que mi mente se inventò mezclando el ego y el delirante sol.

Adivina.. si estuvieras en el barco no tendrìas tanta sal cristalizada en el cerebro. Pagarìas precios màs altos, recibirìas premios màs dignos. Adivina.. tu alma noble es un mal chiste del destino.

Los tangos se volvieron estèriles y los lienzos una tarea sin sentido. Tirarè los zapatos y los pinceles al mar y que otros se apiaden de sus almas porque yo nunca fui capaz.