miércoles, mayo 16

Caro Diario: Oggi sono rientrata un secondo nell'atelier, ma questa volta ho capito.

Cada ser humano, creo, ha conocido ese tipo de tristeza, o de terror, que se tiene al constatar como el mundo y su historia estàn dominados por un moto imparable, cada vez màs intenso, que està destinado, con objetivos siempre màs pueriles, a modificar del mundo solo sus manifestaciones visibles.
Este mundo visible es lo que es, y nada de lo que hagamos lo transformarà radicalmente. Es entonces que, al percatarnos de este terrible e inevitable hecho, el pensamiento comienza a viajar con nostalgia hacia un universo donde el ser humano, en vez de encarnizarse con tanto furor en la apariencia visible, se aplicase a eliminarla del todo, no solo protejièndola de cualquier manipulaciòn, si no desnudàndola lo suficiente para descubrir, en su interior, aquel lugar secreto que habrìa permitido en nosotros una aventura humana del todo distinta. Sin lugar a dudas, una aventura màs especificamente moral. 

Pero en el fondo, ¿no es a esta inhumana condiciòn, a este orden ineludible al que debemos la nostalgia profunda de una civilizaciòn capaz de aventurarse màs allà de lo que puede ser calculado?

Jean Genet. En el Taller de Giacometti.1958.

¿Què tan dolorosa tiene que llegar a ser la nostalgia para que otro tipo de mecanismos empiecen a funcionar?
¿Què tan sensible la humanidad deberìa ser para sentirla?, o es que acaso la apariencia ha logrado confundir y sostituir a esta nostalgia con un perenne sentimiento de insatisfacciòn, que la gente solo sabe sanar con aspectos fùtiles del mundo? 

..La nostalgia que se envenena con su propio anhelo,en lugar de ser la musa motivadora de los encuentros.





Densor. 

martes, mayo 1





Me gusta cuando llueve en las pelìculas de Tarkovsky: 
suele empezar a llover aquì tambièn.